La importancia de la educación, los valores y la ciencia

René Favaloro nació en 1923, en La Plata, capital de Buenos Aires, en una familia con carencias económicas, rica en valores y fuertes lazos familiares. Pudo ser carpintero como su papá, y tener una huerta como su abuela, pero su espíritu inquieto, y su amor al prójimo y al conocimiento, lo dirigieron a la Universidad. Escribió:  

Estoy absolutamente seguro de que el cambio de rumbo sólo puede lograrse a través de la enseñanza. Sus objetivos principales son:

1. Consolidación de los principios éticos del hombre
2. Profundización de la democracia
3. Construcción de la identidad nacional y unidad latinoamericana
4. Generalización de la justicia social
5. Transformación económica con elevación de los índices de productividad y mayor equidad distributiva.

 (De “Don Pedro y la educación”) 

Debe entenderse que todos somos educadores. Cada acto de nuestra vida cotidiana tiene implicancias, a veces significativas. Procuremos entonces enseñar con el ejemplo.  …A mi entender lo que más debe preocuparnos es volver a despertar en los niños y en los adolescentes los valores esenciales, sin los cuales poco importa su capacitación técnica o profesional.
(Conferencia “Ciencia Educación y Desarrollo”, Universidad de Tel Aviv, mayo de 1995)

Proceder con honestidad en aras de la dignidad del hombre es el compromiso más trascendente en nuestro corto paso por este mundo.
(Conferencia “Responsabilidad social del universitario de nuestro tiempo”, Universidad Católica de Córdoba, septiembre de 1981)

Nunca recibí distinciones a título personal. Para mí el “nosotros” siempre estuvo por encima del “yo”.
(De la conferencia “Marginalidad y pobreza de cara al tercer milenio”, Universidad del Litoral, noviembre de 1997)

 La ciencia es una de las formas más elevadas del quehacer espiritual pues está ligada a la actividad creadora del intelecto, forma suprema de nuestra condición humana.  … La ciencia es la expresión de una necesidad inherente al ser humano y, en todo caso, está ligada a la función superior de su naturaleza inteligente: la capacidad de crear.
(Conferencia “Ciencia Educación y Desarrollo”, Universidad de Tel Aviv, mayo de 1995)

La Medicina y sus logros

En 1949, se recibió de Doctor en Medicina en su querida Universidad Nacional de La Plata, y desde 1950, ejerció como Médico Rural en una lejana población: Jacinto Arauz, en La Pampa, a 130 km de Bahía Blanca.

En 1962, ingresó  en  la Cleveland Clinic, de Estados Unidos.  Allí desarrolló   la  cirugía  de  revascularización miocárdica, o técnica del bypass, que hizo que su prestigio trascendiera los límites de ese país. Regresó en 1971, para comenzar un centro que combinaba la atención médica, la investigación y la educación.

En 1975 crea la Fundación Favaloro, en 1980 funda el Laboratorio de Investigación Básica que dependía del Departamento de Investigación y Docencia de la Fundación Favaloro, y en 1992 inaugura el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de su Fundación, en Buenos Aires. En agosto de 1998, logra abrir la Universidad Favaloro.

Realizó 13.000 by-pass hasta sus 69 años, cuando decidió dedicarse íntegramente a la enseñanza.     Formó más de 300 cardiólogos y cardiocirujanos, no sólo argentinos sino también de  otros países. Su humildad y altos valores se reflejan en mensajes como estos:

La prevención debería ser el aspecto más trascendente de nuestra especialidad. Estoy seguro de que, en el futuro,  se  harán  menos  angioplastias y  menos  cirugías de  revascularización. La prevención,  junto con los adelantos de  la  biología  molecular  relacionados  con  la  genética,  permitirá  disminuir  la incidencia de las enfermedades cardiovasculares.
(De la Conferencia internacional sobre la salud del corazón en los países en desarrollo. Una agenda para la acción para el siglo XXI, Nueva Delhi, India, 1999)

“En cada acto médico debe estar presente el respeto por el paciente y los conceptos éticos y morales; entonces la ciencia y la conciencia estarán siempre del mismo lado, del lado de la humanidad”    (Congreso de Bioingeniería 1999)

Mensaje de René Favaloro a los estudiantes reunidos en Glacier Park Lodge, Montana, Estados Unidos, 1993, importante para los jóvenes del mundo.

…Ha llegado el momento, insisto, de detener el girar constante de nuestro planeta. Examinarlo, examinarnos, hacer el diagnóstico correcto y buscar todos juntos el tratamiento adecuado. Sólo lo lograremos si entendemos que estamos convocados por un compromiso ineludible: debemos luchar por una sociedad más justa y equitativa, sin prejuicios de ninguna índole. Sólo lo lograremos si no nos apartamos nunca de los lineamientos éticos basados en el respeto a la dignidad del hombre.
…Debemos trabajar, trabajar y trabajar con pasión. Siempre habrá tiempo para el ocio fecundo, en beneficio de todos. Hemos de esforzarnos para mejorarnos individualmente pero entendiendo que formamos parte de una sociedad que demanda nuestra participación. Cuanto más destacada sea nuestra posición individual más grande será nuestro compromiso social. Ha llegado la hora de trabajar con humildad y modestia verdaderas. Hay que aprender a no marearse con las alturas de la montaña. En la montaña de la vida nunca se alcanza la cumbre.
(De “Don Pedro y la educación”)

El prestigio de Favaloro excedió los límites de los Estados Unidos y de Argentina. Fue distinguido con innumerables premios y reconocimientos internacionales. Algunos centros científicos aseguran que la cardiología del siglo XX se divide en la etapa pre-Favaloro y en la post-Favaloro.

Finalmente, con humildad, podemos decir que el Doctor en Medicina René Favaloro, no fue derrotado, aunque lamentablemente él lo sintió así en tiempos difíciles de su Fundación en Argentina. En algún momento, las comunidades jóvenes y mayores donde él vive por sus obras y mensajes, lograrán esa sociedad más justa y valiosa que él soñó.

Este es nuestro homenaje a quien un día declaró su derrota y se fue sin saber que su obra y su lucha por la ciencia médica que practicó durante 50 años –desde el año 1950 como médico rural, hasta su muerte como maestro formador de cientos de médicos en al año 2000- serían el ejemplo a seguir que se renueva cada año, cuando alumnos de todas las carreras universitarias y especialmente de su amada Medicina, conocen su  extraordinaria labor en el campo de las ciencias y la educación. Su mensaje vive en miles de instituciones educativas del mundo, y se refleja en sus escritos y conferencias con los que recorrió muchos países. Por eso, lo recordamos con sus mensajes referidos a temas fundamentales para la humanidad.